Hasta hace algunos años, en todos los bares y restaurantes de España, una escena se repetía cada mañana: el camarero dejaba la cuenta sobre la mesa y comenzaba la espera. Miradas cruzadas, tarjeta preparada, alguien que levantaba la mano buscando el datáfono… Mientras tanto, esa mesa ya podría estar preparándose para una nueva ronda. Por suerte, esta historia empieza a ser cosa del pasado.
La digitalización de los pagos está diciendo adiós a la “mesa esperando la vuelta” y dando la bienvenida a un servicio más ágil, eficiente y sin interrupciones. Aquí es donde entran en juego las soluciones SumUp para hostelería, pensadas para que cobrar sea tan rápido como servir una caña: menos esperas y más ritmo en la sala.
Las soluciones SumUp hacen esto por un negocio
Estas herramientas permiten cobrar fácil y rápidamente, sin romper el ritmo del bar.
- Los datáfonos pequeños y manejables caben en la palma del camarero y van con él hasta la mesa, la terraza o la barra. Además, aceptan tarjeta, móvil y smartwatch, por lo que el cliente paga en un segundo.
- Los pagos digitales admiten cualquier importe. Da igual si es una comida completa o un café rápido.
- Los TPV son sencillos. Cada terminal de punto de venta está configurado para gestionar pedidos y cobros sin ninguna dificultad gracias a una interfaz sumamente intuitiva.
- Controlar el negocio requiere menos esfuerzo. Recopilar y acceder a datos relacionados con el volumen de ventas y el gasto promedio por cliente actualmente es más sencillo.
- Se acabaron las cuotas fijas. Los negocios pagan por el servicio sólo cuando cobran al cliente.
La restauración, motor del pago digital
En España, la restauración es hoy el gran motor del cashless. En 2025, cerca del 40 % de las operaciones sin efectivo del país se realizaron en bares, restaurantes y cafeterías, según el Observatorio Cafés y Restaurantes Cashless de SumUp. Finalmente, el sector ha entendido que cobrar rápido es una palanca directa de eficiencia operativa.
Además, el ritmo no afloja. Las transacciones sin efectivo en hostelería han aumentado alrededor de un 8% respecto al mismo periodo del año anterior. Y lo más interesante es que este crecimiento no se limita a grandes importes, sino que los pagos más pequeños también se han pasado al lado digital.
El ticket medio ha bajado ligeramente hasta situarse en torno a los 17,6 euros, señal clara de que pagar con tarjeta, móvil o smartwatch ya es lo normal para un café, un par de tostadas o una tapa.
Cobrar rápido también es servir mejor
¿El impacto real en el día a día del local? Menos paseos innecesarios, menos colas y menos interrupciones. Cuando el pago se integra en el flujo del servicio, el equipo gana tiempo para atender mejor, vender más y mantener el ritmo en hora punta. La rotación de mesas fluye, la experiencia del cliente mejora y el estrés baja.
Una tendencia que va más allá de las ciudades
Como explica Valerio Corsetti, jefe de ventas de SumUp en España:
En los últimos tres años, la digitalización de los pagos en la restauración se ha acelerado más que en cualquier otro sector. La pandemia, la expansión de los dispositivos móviles y la mejora de la infraestructura digital han llevado a que, incluso en entornos rurales o tradicionales, los clientes prefieran el pago electrónico por comodidad y seguridad. En muchos locales, el efectivo ya ha pasado a un segundo plano.
Eficiencia operativa, el verdadero impulso del cashless
Este es el quid de la cuestión: el cashless no debe su popularidad únicamente al cliente que saca el móvil, sino que también debe su auge al hostelero que quiere agilizar el servicio y cerrar las cuentas sin fricciones.
Para muchos emprendedores, digitalizar el cobro es una decisión práctica. Del mismo modo, los clientes opinan que así la atención es más inmediata y personalizada.



