Como es normal, en toda economía existen ciertos riesgos que requieren aplicar una serie de medidas que logren minimizarlos; permitiendo así que la economía mundial actual se pueda estabilizar. También existen aquellos factores externos que presentan ciertos retos; como lo son los objetivos de la agenda de Desarrollo Sostenible para el año 2030; donde se espera que la economía mundial sea versátil y dinámica, incorporando nuevos aspectos.
De igual manera, es importante determinar los aspectos que presentan mayor riesgo a corto plazo; como la inestabilidad financiera y aquellas diferencias comerciales; sumando los desafíos sociales, la lucha contra la desigualdad, los factores ambientales, el cambio climático, entre muchos otros factores, parece imposible lograr la cooperación multilateral, frente a la formulación de las políticas mundiales.
Riesgos Latentes en la Economía Mundial Actual
Si bien es cierto, la economía mundial actual se ha mantenido estable, reflejándose esto en el descenso de las tasas de desempleo de las economías desarrolladas y también al presentarse un crecimiento de 5,8% y 5,6% para el año 2018 de las economías en desarrollo. De igual manera, se ha recuperado las exportaciones de productos básicos y combustible; sin embargo, aún está latente la variabilidad en los precios internacionales; así como la brusca caída de los mercados que ocurrió entre 2014 y 2015; esto sigue presentando sus efectos a nivel fiscal y el endeudamiento de algunos países.
Debido a los cambios en políticas fiscales implementadas por los Estados Unidos de América, se logró contrarrestar la disminución del crecimiento de ciertas economías. Algunos prevén la expansión de la economía a un ritmo sostenido del 3% para este 2019; sin embargo, todo apunta a que la economía ha alcanzado su máximo nivel de crecimiento. Ciertos indicadores han señalado la disminución en los volúmenes del comercio de mercancía desde el primer trimestre del 2018; por lo que se ha debilitado el impulso económico de algunos países.
Es evidente la escala de disputas comerciales y las tensiones geopolíticas, creando volatilidad y tensión financiera; lo que representa incluso ciertas limitaciones de capacidad en economías desarrolladas.
Desigualdad en el Crecimiento Económico
Si bien se han presentado cifras que presentan un aumento del crecimiento económico, existe una realidad latente; como lo es la desigualdad, fragilidad financiera y la disminución en los ingresos per cápita; previéndose que ocurran más este 2019 en África Central, Meridional y Occidental y América Latina y El Caribe; regiones en las que la pobreza extrema representa una cuarta parte de la encontrada en la población mundial.
Aunque se habló de la disminución en las tasas de empleo, muchas personas presentan ingresos mínimos, afectando el acceso a la protección social. Esto genera falta de empleos decentes para todos, donde cada vez es más común actividades de subsistencia; también crea un desequilibrio notorio en la sociedad, cada vez más desigual, impidiendo así erradicar la pobreza extrema. Todo esto repercute a nivel global en el cumplimiento de los objetivos de Desarrollo Sostenible, debido al reto que enfrentan los Gobiernos en aspectos como políticas de salud, desarrollo de la infraestructura, y las oportunidades laborales tomando en cuenta el capital humano.
A estos riesgos latentes se suman aquellos problemas de gobernabilidad y deficiencia en las instituciones públicas en algunos países; también se suma los conflictos armados, y conflictos sociales; así como los riesgos para los países que dependen de exportaciones, en su mayoría de productos básicos, debido a la volatilidad para la financiación de gastos fiscales.
Políticas Monetarias y Económicas
Muchos países procuran ajustar sus políticas monetarias; enfrentándose a ciertas incertidumbres, debido a los aranceles de las importaciones y la expansión fiscal, presiones por la inflación, caídas en las Reservas Federales y problemas de liquidez. A esto se suma los desequilibrios financieros en algunas potencias mundiales, lo cual repercute directa o indirectamente en las economías de la región.
Debido a todo lo antes expuesto, es necesario dirigir grandes esfuerzos a un sistema multilateral inclusivo y versátil; donde exista la cooperación internacional, logrando así el equilibrio necesario entre el crecimiento económico y el desarrollo sostenible.