Hacer una mudanza puede ser un proceso arduo y complicado. Hay quienes optan por empresas especializadas para ahorrarse quebraderos de cabeza, pero hay quienes prefieren hacer las cosas por cuenta propia para asegurarse de que todo va bien y, también, para ahorrar el coste que suele suponer contar con este tipo de servicios. El problema de esto último es que exige prestar atención a ciertos detalles para evitar complicaciones, sobre todo a la hora de cuidar y mover el mobiliario.
Cómo embalar los muebles en una mudanza
Para poder hacer una mudanza fácil y sin percances, no solo hay que esforzarse y hacer acopio de fuerza, también hay que seguir ciertas pautas y contar con el equipo adecuado. Huelga decir que lo mejor es contar con algún vehículo grande que facilite el transporte de cosas y, sobre todo, de mobiliario. Afortunadamente, en caso de no contar con uno, siempre puedes recurrir a servicios como este alquiler de furgonetas en Lanzarote, ideales para alquilar durante el fin de semana que dure la mudanza.
Ahora bien, dejando eso a un lado, también es sumamente importante saber cómo proceder con el embalaje del mobiliario y de todo lo que hay en casa. Puede ser todo un arte del que salir mal parados si no se sabe cómo proceder. Afortunadamente, aquí dejamos varios consejos para embalar todos los muebles perfectamente de cara a una mudanza. Toma nota.
Envuelve cada artículo con cuidado
Por supuesto, la principal forma de asegurar muebles cuidados en una mudanza es envolviendo cada artículo con meticulosidad. Asegúrate de cubrir todas las partes correctamente, evitar que las puertas de los muebles que las tengan queden abiertas y, sobre todo, protege las patas. Estas son las partes más propensas a romperse en caso de golpe, y las primeras donde debes reforzar el embalaje para que no haya accidentes.
Aprovecha los muebles
Hay muebles que tienen espacio dentro para almacenar objetos. Aprovecha esto para guardar aquellos otros utensilios o partes de casa que sean más fáciles de perder. No obstante, evita sobrecargar, porque eso complicará el desplazamiento del mueble y, además, puede hacer que se sobrecargue y se rompa. Saca partido al mobiliario, pero hazlo con cabeza.
Desmonta si es necesario
Puede que haya mobiliario más difícil de desmontar y otro que resulte más fácil. Sea como fuere, en ocasiones la mejor forma de garantizar un buen embalaje y seguridad en una mudanza es desmontando ciertos muebles. Quita puertas, saca cajones, desenrosca las patas más delicadas si es posible... Intenta que queden las menos partes móviles posibles y reaprovecha el desmontaje para recolocar las piezas de forma que se puedan embalar juntas y que sea más fácil el cogerlas y moverlas al nuevo domicilio.
No mezcles cosas de distintas habitaciones
Esto no es algo que mira tanto por la seguridad del mobiliario, sino más bien por la comodidad y las facilidades tras la mudanza. En este proceso hay tres pasos: la recogida, el desplazamiento y la colocación. Para que la última etapa de la mudanza sea más sencilla, es vital contar con cierto orden. De lo contrario, suele ser un caos el buscar y colocarlo todo. Así pues, lo mejor es que se separen las cosas por habitaciones para que, al ir a colocar, todo esté perfectamente localizado y sea mucho más fácil terminar.