Los números asustan. Bitcoin, que además de ser la criptomoneda más célebre y con mayor capitalización que existe a día de hoy en el panorama, ha conseguido llegar hasta los diecinueve millones de tokens minados. Ocurrió el pasado 1 de abril, tras algo más de trece años del lanzamiento de esta moneda virtual La trayectoria ha sido imparable.
Se trata de un acontecimiento que llega de la mano del célebre inversor estadounidense Anthony Pompliano, que anunciaba recientemente la noticia de haber logrado minar dicho Bitcoin. En concreto, la empresa de Pompliano que ha conseguido marcarse este tanto ha sido SBI Crypto, que resolvía el bloque 730002 para poner así en circulación el nuevo ejemplar de Bitcoin. La operación está valorada en 6,32 BTC, lo que se traduce más o menos en unos 290.000 dólares de recompensa.
Esta circunstancia conlleva a su vez otra totalmente opuesta: sólo quedan dos millones de Bitcoins por validar en transacciones criptográficas, puesto que estamos ante una moneda cuya emisión predefinida se cifró en 21 millones de unidades. A pesar de haberse alcanzado ya el 90% de ese número, la previsión marcada por esta moneda virtual estimaba en un principio que no se completaría la moneda número 19 millones hasta el año 2033, teniendo en cuenta que la tecnología de aquella época no era tan avanzada como la de ahora. Con la calculadora en la mano, se piensa que la parte restante acabará su proceso dentro de 108 años.
El auge del blockchain unido al nivel de potencia tan alto que manejan los equipos criptográficos está provocando que el ritmo de minado se acelere más de lo previsto. La primera de esas causas viene dada por el creciente número de inversores que se da cita en este mercado. Sin ir más lejos, desde que estallara el conflicto entre Rusia y Ucrania que ha logrado desmoronar gran parte de la economía, el interés por las criptomonedas ha ido en aumento.
Ahora bien, la pregunta que resulta tras este último minado en Bitcoin es clara: ¿cabe la posibilidad de que varíe esa frontera de los 21 millones? En palabras de Angela Walch, experta en tecnología blockchain del University College de Londres, se trata de un límite que podría ser modificado si se dan los motivos suficientes para ello y el acuerdo es unánime. Por su parte, la información recogida por el medio especializado Coin Telegraph pone de manifiesto que la idea de los inversores sigue ajustándose al protocolo de los creadores de Bitcoin.
El horizonte que se plantea a partir de ahora en torno a esta moneda digital guarda relación con el descenso de valor que ha ido registrando en los últimos años. En 2009, cuando tuvo lugar su lanzamiento, el minado de bloque generaba unos 50 BTC nuevos, una cifra que ha ido dividiéndose por dos cada cuatro años. Este ritmo proporcional supone a día de hoy 6,25 Bitcoins por cada bloque completado, por lo que la predicción de profesionales como Alex Adelman, uno de los dirigentes de Lolli, que estima que la minería de activos cripto mantendrá un crecimiento más lento, se presenta como una opción más que posible.
Al mismo tiempo que Anthony Pompliano publicaba en redes sociales el minado del Bitcoin número 19 millones, el conocido ingeniero informático Jameson Lopp contrarrestaba la noticia argumentando que esos cálculos no eran los correctos. Según Lopp, en realidad estaríamos hablando de un total de casi 199 millones de monedas minadas, y es que también hay que tener en cuenta el porcentaje de estas que se pierde y que se destruye.
Bajo esta misma línea se mueve el informe presentado por la consultora Cane Island hace un par de años, en el que se concluye que la depreciación del circulante emitido de esta criptomoneda llega al 4% anual. Atendiendo a esto, la cifra de Bitcoins puestos en el mercado rondaría los catorce millones.
Son múltiples las causas que pueden provocar este descenso, pero las más comunes atienden sobre todo a la pérdida de contraseñas y a algunas fallas de protección que pueden darse en entornos que no son del todo fiables. Ambas cosas impiden el acceso a los monederos virtuales, por lo que se recomienda extremar algunas precauciones al respecto.
De entrada, resulta fundamental encriptar toda la información que el usuario vierte sobre estas plataformas, dado que la piratería informática siempre está al acecho en este tipo de escenarios. Para ello, los monederos de criptomonedas siguen el modelo implantado por aquellos espacios digitales que realizan miles de transacciones económicas al cabo del día de una manera completamente segura. Las entidades bancarias y las salas de juegos de azar son las grandes referencias en este sentido, ya que incorporan el denominado protocolo SSL (Secure Sockets Layer), una tecnología que se encarga de cifrar los datos personales para evitar que estos caigan en manos de terceras personas. De hecho, tanto los bancos como los casinos online seguros hacen uso de este sistema a fin de proteger números de cuenta o contraseñas privadas. El funcionamiento de esta herramienta se basa en el trabajo de un algoritmo matemático cuya misión es la de generar claves aleatorias de 128 bits de tamaño, diseñadas para escudar en todo momento el contenido sensible que viaja desde la web hasta el servidor. La industria del juego ha logrado con la implementación de este recurso convertirse en uno de los espacios más seguros de la red, por lo que no es extraño que el universo cripto tome buena nota de ello.
A esto hay que sumarle la necesidad de realizar una copia de seguridad de cada una de las claves que componen un monedero virtual, consiguiendo de esta manera poder restaurarlas en caso de pérdida o robo.