En la actualidad, apuntarse a un bootcamp en ciberseguridad es una de las opciones más elegidas por quienes buscan convertirse en expertos en la materia. Por motivos que parecen obvios en pleno siglo XXI, la ciberseguridad y el hacking ético son dos de las disciplinas que mayor reclamo tienen dentro del mercado laboral. El hecho de que gran parte del planeta se haya digitalizado, y que el resto navegue con gran determinación en la misma dirección, no solo ha hecho crecer el número de negocios que existía hasta ahora; si no que también ha contribuido a incrementar el número de delitos que se llevan a cabo en las redes. Para evitar acciones como estas últimas, no existe mejor solución que conocer el medio en donde operan estos delincuentes y poder llegar a combatirlos con destreza, objetivo principal de quienes se forman en un bootcamp en ciberseguridad.
Como decíamos, los bootcamps en ciberseguridad son, cada vez con mayor frecuencia, una de las opciones favoritas de quienes tratarán de prevenir el ciberdelito en beneficio de la empresa u organización que les contrate. Y es que las corporaciones al completo, no son ajenas a la importancia que tiene la ciberseguridad en el objetivo de mantener a salvo su empresa y la valiosa información que poseen. Decidirse a adquirir los conocimientos necesarios para cumplir esta función a través de un bootcamp en hacking ético (una rama fundamental dentro del concepto de ciberseguridad) permite hacerlo de forma intensiva y en un breve periodo de tiempo (tan solo 3 meses) pero, ¿es de verdad la manera de formarse más aconsejable?
¿En qué consiste un bootcamp en ciberseguridad?
Para poder responder con maestría y coherencia a esta pregunta, es fundamental tener en cuenta varios aspectos fundamentales que deben estar presentes en todo bootcamp en ciberseguridad que se precie. Uno de los primeros es, como ya avanzamos al comienzo, el tiempo que se quiera (o se pueda) dedicar a descubrir los entresijos de la profesión. Un bootcamp en ciberseguridad permite adquirir ya un perfil junior, preparado para empezar a trabajar en el sector, en un periodo de tiempo muy reducido, tan solo 12 semanas en el caso de escuelas de importancia como ID Bootcamps.
El tiempo, por lo tanto, gracias a una metodología intensiva que se fundamenta en la práctica, es uno de los puntos fuertes de este modelo de aprendizaje que permite complementar disciplinas. De esta manera, no es raro conocer casos en los que, con el fin de mejorar su perfil profesional, además de realizar el bootcamp en ciberseguridad, haya quienes complementen este con otro cursado a posteriori que les otorgue un plus frente a la competencia: por ejemplo, un bootcamp en programación full stack.
Otras características fundamentales de los bootcamps
Además de la duración, formarse en un bootcamp en ciberseguridad permite aprender mediante la práctica. Es lo que se conoce como el Learning by doing, una metodología que esquiva una enseñanza teórica tradicional que difícilmente es aplicable con éxito al campo de las nuevas tecnologías y, por descontado, al de la ciberseguridad. Si, por ejemplo, analizamos el temario del bootcamp en ciberseguridad que organiza ID Bootcamps, nos damos cuenta de que este abarca las disciplinas fundamentales y más importantes que necesita un profesional del ámbito a tratar. Otro punto positivo.
Por lo tanto, y a falta de conocer la calidad y experiencia de los profesores, que pueden variar en cada bootcamp de ciberseguridad de forma anual, la respuesta a la pregunta que realizábamos al comenzar el artículo, respaldaría la validez de estos centros como la mejor forma para convertirse en un profesional de garantías dentro del amplio ámbito de la ciberseguridad y el hacking ético.