En los últimos años y debido al auge de la construcción de bajos comerciales y edificios de oficinas en las ciudades se ha visto cómo muchos de ellos no acababan de obtener la rentabilidad deseada por sus dueños. A esa situación se le suma que muchas personas que trabajan en el centro de las ciudades buscan poder vivir también en esas zonas.
Ante la demanda de que muchos de esos locales cerrados se conviertan en viviendas y poder sacarles así una rentabilidad vía alquiler o venta, muchos propietarios se plantean la posibilidad de cambiar el uso de los mismos. Pero esto no es tarea fácil ni sencilla. Lo primero que hay que hacer es solicitar los permisos oportunos al Ayuntamiento del municipio y que la administración aplique la normativa correspondiente para poder llegar a permitir el cambio de uso de local a vivienda. Para ello se tendrá que tramitar una licencia que modificará de forma permanente la utilidad del inmueble. Esta licencia es absolutamente necesaria, puesto que solo con ella será posible que el inquilino se pueda empadronar en el inmueble. Asimismo, es necesaria también para obtener la cédula de habitabilidad, paso previo para poder contratar los suministros de agua luz o gas. Solo con la licencia de cambio de uso se podrá convertir un local en una vivienda con todas las garantías legales.
Qué hacer para convertir un local en vivienda
Sobre el papel puede parecer sencillo hacer este cambio, pero no siempre es posible. Hay que tener en cuenta que no todos los locales cumplen los requisitos mínimos que especifica la normativa municipal para poderse convertir en vivienda. El cambio de uso de local a vivienda vendrá determinado por una serie de condiciones como las dimensiones, la iluminación, la salida de humos, la accesibilidad, la ventilación, etc.
Por tanto, para comenzar a realizar el cambio lo primero que hay que tener en cuenta es si el espacio es apto o no para ser reconvertido en vivienda según la normativa. Una vez que se tenga claro que sí (con un informe de compatibilidad urbanística del ayuntamiento por el que se pagarán unas tasas y que tardará entre 15 días y un mes), entonces se puede comenzar a tramitar licencia de cambio de uso del mismo. El siguiente paso es solicitar permiso a la comunidad de vecinos donde se sitúa el inmueble, ya que se debe tener el visto bueno de la comunidad de propietarios.
Cuando se va a realizar una reforma o un proyecto de rehabilitación es imprescindible contar con la licencia de obras pertinente, que será aportada por el ayuntamiento, previo pago de tasas y tras presentar el proyecto a realizar.
Es importante tener solicitado el permiso de cambio de uso antes de comenzar con todas las obras, ya que, si no, se puede incurrir en una ilegalidad. Además, si no se tiene, como se ha especificado anteriormente, no se podrá obtener la cédula de habitabilidad ni habrá posibilidad de empadronarse en la vivienda.
Cuando ya se han obtenido las licencias administrativas oportunas (Licencia de cambio de uso y licencia de obras) y se han realizado las obras proyectadas es necesario obtener la cédula de habitabilidad o también llamada licencia de primera ocupación. Este documento sirve para verificar que el proyecto de obras ejecutado es el que estaba autorizado. Con esta licencia ya se pueden contratar los diferentes servicios necesarios para la vivienda como el agua, la luz, o el gas. Además, también se podrá realizar el empadronamiento, puesto que la vivienda ya le constará a la administración y se podrán aplicar sobre ella la normativa y los impuestos que correspondan.
Lo ideal antes de ponerse manos a la obra es contar con especialistas en este tipo de trámites, puesto que sabrán realizarlos de manera ágil y sin que sean un quebradero de cabeza para el propietario.