SINGAPUR — A lo largo de una entrevista virtual de 30 minutos que fue interrumpida por varios problemas técnicos, Chris Froome permaneció imperturbable, respondiendo a las solicitudes de volver a llamar y repetir sus respuestas.
El británico nacido en Kenia era alegre y cordial, incluso se esforzaba por ponerse al día con The Straits Times desde su sala de estar en Mónaco, pero debajo de ese exterior amigable hay un hombre que entiende el dolor como pocos.
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