Uno de los principales componentes que da aroma a las plantas, son sus aceites esenciales. Sus deliciosos y cautivadores aromas los hacen un ingrediente que no puede faltar en perfumes y cosméticos; también tienen beneficios para la salud y pueden ser utilizados en la realización de fitoterapia. Por eso, te mostraremos cómo hacer aceites esenciales caseros, de forma sencilla y así podrás disfrutar de todas sus bondades.
Extracción de los Aceites Esenciales
Los aceites esenciales se pueden extraer de las siguientes maneras:
Por Presión en Frío
Tal como se hace en el caso del aceite de oliva. El proceso es presionar flores, hojas o raíces (varía de acuerdo al tipo de aceite que se vaya a elaborar), con una plancha especial para ello.
Por Destilación
Se emplea un alambique con agua en ebullición. En este proceso, las gotas de vapor se unen a los aceites esenciales y son trasladadas por tubos, hasta el recipiente en el cual se conservarán.
Método de Maceración
Esto se puede hacer junto con otras grasas, como el aceite de almendras o el aceite de aguacate.
Elaboración de Aceites Esenciales Caseros
En el mercado existen una serie de aparatos para la extracción de aceites esenciales. Sin embargo, te mostraremos cómo hacerlo desde casa. Para ello vas a necesitar lo siguiente:
- Ramas y hojas frescas de la planta con la que quieras hacer tu aceite; por ejemplo: lavanda, rosas, limón, cáscaras de naranjas, violetas, etc. Lo más importante es que las hojas estén frescas, ya que las que están secas, ya han perdido parte de las esencias.
- Alcohol puro de farmacia.
- Aceites de almendras, de coco, de aguacate o girasol (puedes elegir el que más te guste).
Procedimiento 1
Lo primero es introducir las hojas frescas que has seleccionado en un recipiente. Debes cubrir bien todas las hojas con alcohol, luego tapa y reserva en un lugar fresco. El siguiente punto requiere algo de tiempo, ya que se debe esperar a que el alcohol se evapore; pueden ser en varias semanas.
Una vez que se haya evaporado, procede a retirar las ramas; puedes ayudarte con un colador extra fino, para evitar que se vaya cualquier resto. Ahora mezcla el líquido que ha quedado del alcohol y las hojas frescas con el aceite que hayas elegido. Debes aplicar cantidades iguales de ambas mezclas; remueve hasta que todo quede bien disuelto.
Ahora solo debes conservarlos en un recipiente de vidrio con tapa. El lugar donde lo guardes debe ser fresco, sin exposición directa de luz y sin humedad y calor.
Procedimiento 2
Selecciona las hojas frescas del aroma que quieras el aceite; puede ser cítrico, para ello eliges un limón. Necesitas una bolsa con cierre hermético o un recipiente que resista altas temperaturas y aceite de oliva. Ahora coloca agua en una olla y lleva al fuego; mientras calienta, retira la cáscara del limón y guarda el resto, ya que sólo utilizaremos la piel.
Lleva la cáscara del limón a la olla con agua que está en el fuego. Déjalo por 1 minuto aproximadamente. Aparte vas a necesitar otra olla y le colocas la bolsa con cierre hermético, de forma que quede abierta e introduce el aceite de oliva hasta la mitad. En la olla donde está el limón vas a notar que se ha teñido el agua ligeramente de color amarillo; en este punto retira la cáscara de limón e incorpórala a la bolsa con el aceite de oliva y ciérrala.
Pon a calentar en baño de maría la olla donde está la bolsa hermética; esto es para simular la destilación con vapor y como resultado se obtendrá el aceite esencial de limón o del aroma que elijas, como coco, romero, almendras, eucalipto, etc.
Dejas hervir por un tiempo de acuerdo a la cantidad que hayas empleado y luego retira del fuego; deja reposar y puedes trasladarlo al recipiente donde lo conservarás, en un lugar fresco y sin humedad.