Es muy probable que tarde o temprano tu coche llegue a tener una abolladura en alguna parte de la carrocería. Si necesitas arreglarlo rápido o quieres ahorrarte un poco de dinero, puedes recurrir a algunos trucos caseros que dejarán tu coche como nuevo.
Es muy fácil que tu coche reciba un golpe que deje una o más abolladuras, y por muchas razones es posible que prefieras repararlo tú mismo aunque no tengas ningún conocimiento al respecto.
Y es que quitar abolladuras coche es mucho más fácil de lo que crees, pues con un truco muy sencillo no necesitas más que un poco de agua caliente. En serio, así de fácil como suena.
Claro, si el golpe es muy severo entonces sí es necesario que vayas a un taller para asegurarte de que la carrocería quede impecable. Los talleres especializados son un gran apoyo para reparar las abolladuras en tu coche y, de hecho, es lo más recomendable.
Pero, si la abolladura es leve y la pintura no se ha desgastado demasiado, entonces es muy probable que tengas éxito con algún truco para quitar la abolladura en tu propia casa.
Métodos caseros para quitar las abolladuras de tu coche
El primer método es el más sencillo y posiblemente el más efectivo cuando la abolladura es leve y redondeada, y para hacerlo solo necesitas agua caliente o hirviendo. Lo único que tienes que hacer es verter el agua en la abolladura y dar unos pequeños golpecitos alrededor de ella. De esta forma la carrocería tomará su forma original rápidamente.
Si dando golpes no retoma su forma original, puedes intentar verter agua fría inmediatamente después del agua caliente.
En caso de que el agua fría tampoco funcione, utiliza un desatascador en la abolladura y tira hacia afuera o, en caso de ser posible, ejerce presión desde la parte posterior y en dirección contraria a la abolladura hasta que haya desaparecido.
El segundo método también es bastante sencillo, pues solo necesitas un trozo de hielo seco para realizarlo. Lo que debes hacer es colocar el hielo seco en el centro de la abolladura y esta regresará a su forma original a los pocos segundos. Si quieres garantizar que el truco funcione puedes usar un desatascador para tirar hacia afuera.
Otro método bastante popular para quitar las abolladuras de los coches es el de utilizar un secador de pelo. Para realizar este truco solo necesitas encender el secador a la máxima capacidad de calor que pueda emitir y calentar la zona afectada durante unos minutos.
Luego, con ayuda de una manguera de aire comprimido o con el mismo secador, aplicas aire frío rápidamente, lo que hará que la abolladura desaparezca por completo.
Si la abolladura es bastante grande es posible que no funcionen los anteriores métodos. En estos casos, necesitas una aspiradora con bastante potencia y un cubo de plástico.
Para empezar, debes hacer un agujero en el fondo del cubo. En este agujero vas a introducir el tubo de la aspiradora y sellarlo bien con cinta adhesiva. Luego vas a adherir el cubo a la zona de la abolladura también con cinta adhesiva, de forma que no escape aire por ningún lado.
Finalmente enciendes la aspiradora a su máxima potencia y la fuerza de succión podrá hacer desaparecer cualquier abolladura que tenga tu coche.
Métodos más profesionales
Aunque puedas quitar las abolladuras de tu coche en tu casa, solo los expertos podrán hacer que la carrocería quede impecable, así que lo más recomendable es llevar tu coche al taller para quitar las abolladuras.
Existen muchos métodos profesionales para quitar abolladuras, aunque hay dos que son más populares y efectivos que los demás. Estos son Spot Repair y PDR (Reparación de Abolladuras sin Pintura).
El método Spot Repair es ideal para abolladuras de un tamaño reducido en las que se ha producido daño a la pintura del coche. Este método consiste en la reparación de la abolladura, el pulido y limpiado de la zona y finalmente la aplicación de la pintura para obtener un acabado perfecto.
Por otro lado, el método PDR en realidad es un conjunto de tres métodos que se aplican cuando la pintura del coche no se ha visto afectada en la zona de la abolladura.
Esto se hace a través de varillas, adhesivos termofusibles o inducción magnética. Los expertos analizan el daño y determinan cuál es mejor en cada situación.