El aislamiento social afectó la rutina diaria de millones de mujeres. Tuvimos que redoblar nuestros esfuerzos para cumplir con las tareas del hogar, la educación de los chicos en casa, el teletrabajo, actuar con el conocimiento y la intuición femenina para superar el reto de mantener bien alimentados, entretenidos y calmados a los nuestros y otros desafíos. Pero, ¿has visto cómo están tus uñas? Seguro ya toca cuidarlas y hoy te indicamos cómo quitar las uñas de porcelana.
Si notaste que el esmalte de tus uñas de porcelana comenzó a levantarse y deteriorarse, que al crecer tus uñas naturales se te hace difícil manejar las postizas o simplemente estás cansada de usar uñas de porcelana, es momento de quitarlas. Pero, ¿cómo quitar las uñas de porcelana de forma apropiada y sin sufrir dolor? Sigue leyendo la información, pon en práctica nuestros consejos y vuélvete toda una experta quitando rápidamente las uñas de porcelana.
Cómo quitar las uñas de porcelana
Existen diferentes métodos que permiten quitar las uñas de porcelana o de cualquier material. A continuación te detallamos 2 métodos que consideramos son menos dañinos al momento de realizar un proceso tan debilitante como es despegar las uñas de porcelanas de tus uñas naturales. Porque el objetivo es tener unas manos hermosas y unas uñas saludables. Ahora, ampliaremos el tema y describiremos las técnicas.
Con acetona
Primero, lima las uñas de porcelana hasta reducir su largo lo más posible. Si están pintadas con esmalte clásico, retíralo con algodón y un poco de quitaesmalte. Si el esmalte es semi permanente o ha sido secado con lámpara, retíralo limando suavemente toda la superficie de la uña de porcelana con movimientos en una sola dirección. Cuida no limar tu uña natural, para no dañarla.
Como la acetona es un químico muy agresivo que causa daños a la piel o mínimo la reseca muchísimo, aplica una capa de vaselina sobre cada cutícula y las zonas de los dedos que estarán sumergidos en la acetona.
En un envase de vidrio –jamás de plástico- coloca suficiente acetona para cubrir completamente tus uñas cuando introduzcas tus dedos. Seguidamente sumerge los dedos en la acetona por unos 20 minutos.
Finalizado el tiempo saca tus uñas del removedor y con un palillo de naranja empuja y retira suavemente la uña de porcelana. Luego verifica si aún quedan restos de porcelana; si queda un poco del residuo retíralo con una lima muy suave, con mucho cuidado y delicadeza. Si todavía quedan muchos restos de la uña de porcelana, utiliza una lima más gruesa; pero igualmente lima con suavidad para no dañar tus uñas naturales.
Enjuaga abundantemente tus manos y obligatoriamente lubrica tus cutículas y uñas masajeándolas con un poco de aceite de almendras, coco, oliva u otro que tengas a la mano. También aplica una buena porción de crema humectante en tus manos para reparar el maltrato de la acetona. Debido a la agresividad de la acetona, evita usar este método con frecuencia.
Con acetona y papel de aluminio
Este método es muy parecido al anterior. Simplemente difiere en que luego de reducir el largo de la uñas de porcelana, de retirar el esmalte o limarlo suavemente, y de aplicar la vaselina en las cutículas, debes realizar los siguientes pasos.
Humedece sin exagerar una pequeña mota de algodón con acetona y coloca el algodón sobre la uña; cubre con un trozo de papel de aluminio, que debe quedar bien ajustado para aprovechar su efecto térmico, el cual facilitará el desprendimiento de la uña de porcelana. Repite el proceso en cada uña y deja actuar 30 minutos. Luego retira los restos de porcelana con un palillo de naranja o lima, enjuaga e hidrata muy bien cutículas, uñas y manos.