Proteger el patrimonio de la entidad corporativa y de sus propietarios, tanto desde el aspecto netamente mercantil como también desde el punto de vista legal. Esa es la principal ventaja -dentro de la mala situación- de que una empresa, de acuerdo a su realidad sobre la incapacidad de pago con acreedores -proveedores, trabajadores, otros servicios contratados, socios-, se adhiera a la realización de un concurso de acreedores. 2020 y 2021 serán períodos de importante análisis para todo el panorama emprendedor y económico en general en relación con ello.
La gestión de la crisis como el paso más importante
Igor Ochoa es un reconocido consultor experto en gestión de crisis que a través del equipo de Dipcom Corporate, su empresa, brinda servicios intensivos, integrales y a nivel ejecutivo para la solución de las empresas que están en crisis o insolvencia, buscando la mayoría de las veces que estos negocios -si demuestran ser viables- puedan reflotar antes de declararse en insolvencia y echar el cierre, una situación que se ha venido dando con bastante frecuencia en el último tiempo.
Incorrecta o nula contabilidad, una gestión de la deuda irresponsable o, sencillamente, ver arrastrada a toda la industria a un umbral negativo en cuanto a la percepción de ingresos, producto sobre todo de problemas socioeconómicos globales, son las causas de que para 2021 se esperen incrementos de hasta 500% en la cantidad de solicitudes de concursos de acreedores por parte de las empresas.
Sectores afectados de forma dispar. Algunos sectores han sabido llevar la crisis de manera importante por lo positivo de sus resultados. Pero otros, como la hostelería, todo el sector turístico, los servicios profesionales, la construcción y la venta minorista en tiendas físicas, ha visto disminuida o eliminada totalmente su capacidad de hacer frente a los compromisos con acreedores, haciendo necesaria la solicitud de asesoría y servicios ejecutivos de gestión de la crisis, puesto que el concurso de acreedores y la figura de la disolución mercantil definitiva deben siempre formar parte de la última opción posible.
La figura del concurso de acreedores exprés
Así como se espera que los concursos de acreedores vean un incremento de 500% para 2021, la figura de concursos express es la que mayor importancia cobrará en los próximos 12 meses. La justificación de ello estará en que es el método legal que permite cerrar una empresa endeuda con el mÃnimo coste y en una fracción de tiempo en comparación con el concurso de acreedores convencional o tradicional.
¿Por qué?
El concurso de acreedores exprés forma parte de una modificación legal de la Ley Concursal, aprobada en 2011, donde se incluye el procedimiento que no requiere de administrador de concurso y de otra serie de fases o procedimientos, sino que es el propio dueño de la empresa quien la ejecuta directamente en el Juzgado, en un procedimiento que se resolverá en la mayoría de los casos en menos de un mes, algo significativo si se tiene en cuenta que muchas empresas pueden pasar años hasta resolver su situación mediante un concurso de acreedores convencional.
No es para todos
Sin embargo, los concursos exprés están diseñados para empresas cuyo patrimonio, infraestructura, maquinaria o activos no tengan importes significativos -por tanto, representa la opción adecuada a la que PYMES y startups deberían acogerse- y se hace necesaria la revisión legal por parte de expertos y, también, una contabilidad ajustada a su realidad y regularizada.
Incremento
El concurso de acreedores exprés, desde inicio a final del año 2020, ha tenido un incremento en las búsquedas de información de casi 750%. La situación económica de muchas empresas -sobre todo las que han visto disminuido su mercado por las restricciones tras las declaraciones de emergencia sanitaria- han obligado a que sus propietarios echen el cierre antes de arrastrar consigo mayores deudas y problemas.