El servicio realizado por un traductor jurado se trata de la traducción de un documento mediante un certificado que corrobore que la traducción ha sido hecha correctamente por una persona cualificada para ello. Estas personas son designadas por el Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación.
El requerimiento del certificado recae sobre la entidad del país en la que se esté reclamando la misma, es decir, puede ser reclamado por una Administración Pública o privada, que crea necesaria una traducción oficial.
Los traductores jurados se comprometen a dar fe de que el texto traducido contiene exactamente la misma información que el original, de ahí que en caso de malentendidos en el contenido del texto, se pueda reclamar responsabilidades al traductor.
El documento físico es el único válido. Pese a que se envía una copia escaneada antes de que llegue el original a la persona que contrata el servicio de traducción, el sello oficial en formato papel es la única manera válida, junto a la certificación del traductor jurado, de que el documento sea aceptado como oficial. El rigor del documento físico nunca será equiparado al documento digital que se pueda recibir antes, ya que el físico es el que atestigua su autenticidad.
¿Quién puede exigirme contratar los servicios de un traductor jurado?
El caso más común para que se deba entregar una documentación cuya intervención obligatoria sea la de un traductor jurado, es en los procesos judiciales o administrativos de la Administración Pública.
Aún así, también es posible que se exija esta certificación sellada en documentos universitarios o relacionados con la formación académica, por entidades privadas o públicas.
Esto se debe a la denominada seguridad jurídica que exige el Estado, que se encarga de que una documentación proveniente del extranjero sea veraz, y confirme mediante la traducción jurada, que no incluya ningún tipo de fraude o error.
De esta manera, para poder gestionar los documentos en los que un sujeto esté en medio de un proceso judicial, la Administración Pública exige que el documento oficial expedido por otro país, esté acompañado de una traducción al español.
En este tipo de casos, es de suma importancia la traducción jurada, tanto para tranquilidad de los organismos del Estado, como de los intervinientes en el proceso.
Un profesional de la abogacía estará al tanto de la entrega de los documentos necesarios para un juicio en el idioma oficial del país en el que se esté desarrollando el mismo. Por otra parte, para un tribunal es muy importante encontrar el sello y la firma de un traductor jurado en un documento traducido que convierta la traducción en oficial. Sin ellos no son considerados válidos.
El carácter de prueba pericial que tiene en estos casos la traducción, es el motivo por el que un magistrado siempre exigirá el sello de un traductor jurado en los documentos.
¿Qué tipo de documentos puede traducir un traductor jurado?
Sentencias judiciales
Decisiones judiciales tomadas por autoridades en el extranjero.
Propiedad intelectual
Documentos registrados en la Propiedad Intelectual o Industrial y patentes.
Documentos de identidad
DNI, libros de familia o pasaportes expedidos fuera del país.
Testamentos
Testamentos, fideicomisos y relativos a la herencia de una persona.
Documentos y certificados académicos
Diplomas de notas, títulos de universidades extranjeras, expedientes académicos de otros países o certificados de calificaciones.
Certificaciones
Certificado de matrimonio, partidas de nacimiento, documentos certificados de antecedentes penales o certificado de defunción
Trámites de una adopción
Documentos acreditativos de una adopción en el extranjero.
Informes médicos
Partes de lesiones, cartillas de vacunas o alergias.
Aseguradoras
Informes periciales y pólizas de seguro.
Contratos
Documentos de contratos elaborados en diferentes idiomas al español.
Documentos notariales
Poderes notariales, licitaciones, estatutos de empresa y escrituras.