En el hogar, nunca ha de faltar una biblioteca con libros clásicos, sin embargo, esta área puede no estar acorde con las necesidades que esta gratificante actividad demanda y con las tendencias en cuanto a diseño. Y es que, por más pequeño que sea el espacio, es vital que todo se encuentre en armonía.
Asimismo, los libros siempre realzan el espacio, aumentando la elegancia del lugar, aparte de lo más importante: ser alimento para el intelecto y el espíritu.
Bibliotecas dotadas de las mejores obras
Una vez definido el espacio donde estará ubicada la biblioteca, debe ser adaptado para separarlo perfectamente de otros ambientes. Existen módulos con variedad de tamaños que pueden ayudar a resguardar incluso el contenido que se disponga allí.
Lo importante es ambientar el lugar para disfrutar del placer de leer, por ejemplo, la obra de los mejores escritores españoles con novelas únicas, audaces y con la capacidad de atraer a nuevos lectores a momentos que han hecho durante años, soñar y poner a volar la imaginación, de más de una persona.
Estos clásicos han logrado fascinar en el transcurso de los años con novelas de gran exotismo y diferentes culturas, para enriquecer el conocimiento, vivir aventuras y notar el estilo de cada autor, reflejado en la época en que se desarrolla cada historia.
Colección de novelas que no deben faltar en el hogar
Ya sea por título o autor, hay historias que gracias a la habilidad con la que son narradas, no importa su antigüedad, siempre causan un torbellino de emociones en los lectores. Por eso, existe un listado de las mejores novelas históricas que permite revivir momentos donde la magia y la realidad se unen para idear un mundo distinto.
De la mano de escritores como Miguel de Cervantes, Javier Marías, Mario Vargas Llosa, entre otros, nace este top cinco de libros considerados los mejores del siglo XXI:
- 2666, escrita por R. Bolaño.
- La fiesta del chivo, de Vargas Llosa.
- Tu rostro mañana, por J. Marías.
- La novela luminosa, de M. Levrero.
- Soldados de Salamina, por J. Cercas.
Este listado, por supuesto, puede ser más grande, sólo va a depender del estilo de cada persona y de cómo sea su preferencia en cuanto a narrativa se refiere.
Rincones de lectura
Puede darse el caso de que el lector sólo tenga momentos libres cuando se encuentre en casa, por eso, ambientar un espacio para disfrutar de un buen libro, puede ser ideal para ofrecer una sensación de tranquilidad y confort, y a pesar de no tener una estancia para tal fin, cualquier espacio es perfecto para un rincón de lectura.
Lo primero es conocer el lugar, ya que si la casa tiene algunos toques de diseño, sólo deben incorporarse pequeños detalles, como cuadros para salas que hagan más vistoso el lugar; y un buen sillón, con tonalidades claras, puede ser incluido para dar una sensación de relajación y que la mente desarrolle la actividad con total normalidad.
Este espacio también debe contar con una adecuada iluminación natural o por medio de lámparas que sean efectivas para la lectura. Se sugiere que la sala o estudio no esté excesivamente saturada de accesorios, porque sólo basta con un hall, un cuadro para resaltar las paredes, buena iluminación y una poltrona o mesa para colocar algunos adornos.
Decoración adicional para espacios de lectura
Este espacio, aunque sea para leer, no debe estar alejado de una decoración adecuada, en vista de que según las tendencias actuales, ya no se utilizan tanto las grandes bibliotecas sino módulos o estanterías con material de provecho.
Por eso, cada día las personas están más interesadas en adquirir los productos mejor diseñados y así acondicionar cada espacio con los principales elementos, como lámparas, alfombras, o algunos tipos de muebles que pueden comprarse desde tiendas online a excelentes precios.
No importa si el espacio es pequeño o grande, sea para leer o no, todo hogar requiere estar diseñado para ofrecer tranquilidad y confort, y esto sólo puede lograrse adecuando cada ambiente con los colores y accesorios ideales para lograr tal fin.
El hogar siempre será un lugar para la comodidad de quienes allí habiten y realicen actividades que les permita olvidar un poco el día a día.