Según la UNICEF, la violencia hacia niños y adolescentes consiste en el abuso y maltrato físico o psicológico, el abandono, el trato negligente, la explotación laboral y el abuso sexual. Esta violencia puede ocurrir en la casa, en la escuela, en los orfelinatos, en las calles, en el lugar de trabajo y en establecimientos penitenciarios.
La violencia hacia niños y adolescentes puede ejercerse tanto por acción, como por omisión; afectando la salud física y mental de estos y perjudicando su habilidad para aprender y socializar; y, más adelante, socavar su desarrollo como adultos estables y buenos padres. En los casos más graves, la violencia contra los niños y adolescentes puede conducirlos a la prostitución, a ser consumidores de cigarrillos, alcohol y drogas, o incluso a la muerte.
¿Qué Establece la ONU sobre la Violencia hacia Niños y Adolescentes?
Las Naciones Unidas es una organización que agrupa en sí misma varias organizaciones internacionales; estas organizaciones establecen Tratados Internacionales que afecta a los Estados firmantes. Entre los tratados que garantizan los derechos de los niños y adolescentes, podemos mencionar la Convención sobre los Derechos del niño; la cual demanda la adopción de medidas legislativas, administrativas, sociales y educativas para proteger a los niños, niñas y adolescentes contra toda forma de violencia y abuso.
Este tratado internacional, hace énfasis en que los niños tienen los mismos derechos que los adultos; y hace hincapié en aquellos derechos que se desprenden de su especial condición de seres humanos vulnerables. Es necesario mencionar que todos los Estados miembros de la Naciones Unidas han ratificado este tratado; salvo dos países: los Estados Unidos y Somalia.
Otro instrumento que también desarrolla los derechos del Niño, es la Convención 182 de la Organización Internacional del Trabajo; la cual establece la prohibición y acción inmediata para la eliminación de las peores formas de trabajo infantil; en este tratado se señalan tipos concretos de violencia y explotación que requieren la adopción de medidas.
¿Cómo Prevenir la Violencia hacia Niños y Adolescentes?
El hogar, la comunidad y la escuela juegan un papel fundamental en la formación integral de los niños y los adolescentes, en la medida en que se tomen acciones de prevención y protección en estos espacios; las personas aprenderán a detectar el abuso a tiempo y a ofrecer respuestas apropiadas. A menudo, después de haber experimentado o haber sido testigos de actos violentos, los niños o los adolescentes se sienten culpables o se responsabilizan a sí mismos; una ayuda adecuada y profesional es esencial para mitigar o evitar esta reacción.
La prevención y la educación son métodos eficaces que pueden reducir la violencia hacia los niños y los adolescentes. Las escuelas deben ser espacios que garanticen seguridad y tranquilidad; que los niños, niñas y adolescentes, sin discriminación alguna, tengan acceso a servicios especializados que proporcionen atención médica apropiada, confidencial y asesoramiento psicológico constante.
Otro elemento a considerar es que la sociedad en general tome conciencia de que el maltrato infantil es una realidad más palpable de lo que nos gustaría reconocer, y del daño que le puede traer a la misma sociedad. Esto implica que debemos conocer nuestras responsabilidades como ciudadanos y el rol que jugamos en una sociedad cada día más inhumana.
Por último, y no menos importante, es necesario capacitar a los padres o representantes para el ejercicio de sus funciones de forma positiva y constructiva; en este sentido, resulta fundamental los programas de información y formación ciudadana; donde el Estado, los medios de comunicación y las escuelas juegan un rol esencial. Es necesario e imprescindible que los adultos entendamos que la violencia contra niños y adolescentes daña su salud física y mental, desestabiliza los entornos seguros de aprendizaje y hace estragos en la igualdad entre los géneros.