BUENOS AIRES – Lionel Messi y sus compañeros de Argentina harán un regreso triunfal a su tierra natal el jueves cuando jueguen su primer partido desde que ganaron la Copa del Mundo en Qatar.
Más de 1,5 millones de aficionados se apuntaron a las 63.000 entradas disponibles para el amistoso contra los pequeños de Centroamérica, Panamá, en el estadio Monumental de Buenos Aires.
Los argentinos locos por el fútbol fueron eliminados en un número aún mayor tras la dramática victoria de Alviceleste en la tanda de penaltis sobre Francia en Qatar en diciembre. Unos cinco millones de personas llenaron las calles de la capital unos días después para el desfile de trofeos.
Tal fue la multitud que el desfile tuvo que ser abandonado mucho antes de llegar al centro de Buenos Aires, pues ya tenía horas de retraso.
Se esperaba que Messi se retirara del fútbol internacional después de la final de Doha, pero el delantero del Paris Saint-Germain dijo que quería quedarse un poco más para poder vestir la camiseta blanquiazul de Argentina como campeón del mundo.
“Está en buena forma, quiere seguir viniendo. Cuando me diga que no se siente bien, ya veremos», dijo el martes el técnico Lionel Scaloni. “De momento está contento con la selección”.
La expectativa se desvaneció un poco a principios de marzo, cuando dos hombres abrieron fuego contra un supermercado cerrado en Rosario perteneciente a la familia de la esposa de Messi, antes de dejar un mensaje amenazante dirigido al siete veces ganador del Balón de Oro.
Messi, sin embargo, se lo tomó todo con calma y, para el alcalde de Rosario, fue más un truco publicitario que una verdadera amenaza.
“¿Qué historia se viraliza más rápido en todo el mundo que un ataque a Messi?”. dijo Pablo Javkin.