Los estragos que la acción del hombre genera en nuestro entorno medioambiental se aceleran cada vez más, lo que acarrea graves consecuencias para el planeta y para todos los seres vivos que lo habitan. Es por ello por lo que la protección del medio ambiente debe ser una de las principales prioridades de nuestra sociedad. Es fundamental tomar conciencia de que el consumo exacerbado de productos no biodegradables puede conducirnos a un desastre ecológico. Por eso, es necesario apostar por el reciclaje, la reutilización, reparación, y reacondicionamiento de los productos que adquirimos.
Las «7R» para cuidar el planeta y preservar sus recursos
Hoy en día se habla, en términos ecológicos, de las 7R y cómo ponerlas en práctica para lograr un modelo económico circular que propicie un futuro sostenible para todos:
- Rediseñar
- Reducir
- Reutilizar
- Reparar
- Renovar
- Recuperar
- Reciclar
Estas acciones las podemos llevar a cabo en nuestros hogares, estando todas ellas relacionadas entre sí. De hecho, cuando reparamos cualquier artículo del hogar, lo estamos reutilizando, renovando, recuperando e incluso rediseñando en muchos casos.
A no ser que se trate de objetos de cierta antigüedad y con valor histórico, normalmente los trastos viejos acaban en la basura. No obstante, con un poco de ingenio, estos pueden adquirir un valor decorativo o práctico (o ambos). El concepto DIY (hazlo tú mismo) ha de cobrar más valor aún, puesto que no solo es positivo para la economía familiar, sino que también es vital para proteger el planeta.
Sofás fabricados con colchonetas apiladas, sillones y mesas muy funcionales hechas con palés de madera, botellas de plástico reconvertidas en maceteros, taburetes creados con cajas de madera, jardines verticales aprovechando las cápsulas de café… Las ideas son infinitas y, lo que es mejor, son estéticamente atractivas y fáciles de realizar con materiales y herramientas sencillas.
Reparar en lugar de tirar
Frente a esta tendencia establecida de usar y tirar para volver a comprar, existe un nuevo concepto global que está cogiendo impulso: el «reparacionismo» o reparar y reutilizar. Se trata de un movimiento que recupera los buenos hábitos de nuestros abuelos, cuya mentalidad era la de dar una segunda vida a cualquier objeto cotidiano y solo deshacerse de él como última opción.
La corriente del consumo sin límites, en algunos casos, llega a ser grotesca y no son pocos los que tiran unos zapatos o cualquier otro objeto que se podría arreglar simplemente con un poco de pegamento, sólo porque es más cómodo o práctico comprar uno nuevo. Y no hablamos únicamente de gente muy bien posicionada económicamente. El consumo indiscriminado se extiende a todas las escalas sociales.
Tecnología reacondicionada
En nuestros hogares también estamos rodeados de dispositivos electrónicos que nos hacen la vida más fácil, aunque su fabricación tiene un gran impacto en el medioambiente. En este sentido, una alternativa para paliar este impacto y colaborar con la disminución de residuos, es la tecnología reacondicionada, o lo que es lo mismo, dispositivos electrónicos (móviles, ordenadores, televisores o frigoríficos) que han sido reparados para que brinden su funcionalidad al cien por cien, poniéndose a la venta a un precio considerablemente menor.
Todo aquello que implique alargar la vida útil de un objeto o reciclarlo, así como el correcto desecho de algunos productos, trae como consecuencia la preservación de recursos y de materias primas y una menor emisión de gases de efecto invernadero. Además del considerable ahorro económico que conlleva a los particulares optar por darle otra vida a los objetos de casa.