Un sector laboral al que muchos le tienen cierto recelo es al de la funeraria. Trabajar con cadáveres puede ser algo inquietante al principio, sin embargo, es una actividad que además de satisfactoria, está muy bien remunerada.
Según un informe de la Asociación Nacional de Directores de Funerarias, en el año 2014 este sector tuvo 16,2 mil millones de euros en ingresos. Esto lo convierte en una opción perfecta para aquellos en la búsqueda de empleo, pues al ser una profesión no muy practicada, la labor suele ser muy valorada y bien pagada.
Además, vale la pena destacar el trabajo de soporte emocional que ofrece este empleo a sus clientes. Un trato amable y reconfortante es necesario para que las personas puedan superar su pérdida. Un buen embalsamado de los cadáveres siempre será bien aceptado por los familiares, pues será la última vista que tendrán de su ser querido antes de despedirlo para siempre.
En tal sentido, una de las especialidades fundamentales dentro de este ámbito laboral es la tanatopraxia, también llamada tanatoestética. Consiste en aquellas prácticas que se aplican a un cadáver con el objetivo de higienizarlo, embalsamarlo y restaurarlo. De este modo, aquellos cuerpos deteriorados pueden lucir un aspecto más natural y sano, aptos para ser mostrados en el funeral.
Para poder trabajar como tanatopractor resulta necesaria una formación profesional en la materia. Instituciones como el Centro Tanatos Formación ofrecen cursos muy útiles sobre el tema, de modo que cualquier persona pueda ingresar en este sector laboralmente.
El trabajo del tanatopractor
La tanatopraxia existe prácticamente desde tiempos remotos. Y es que las diversas culturas y civilizaciones a lo largo de la historia tenían sus maneras propias de trabajar con los cadáveres, conservándolos de acuerdo a lo que sus religiones y filosofías dictaban. Incluso los hombres prehistóricos practicaban esta disciplina.
Siempre ha sido materia de estudio el proceso de momificación que se realizaba en el antiguo Egipto. La utilización de bálsamos y aceites para preparar el cuerpo, la deshidratación de ciertas partes y el enfoque en lo estético, sentaron la base de lo que sería la tanatopraxia hoy en día.
En la actualidad esta especialidad ha evolucionado inmensamente. Hoy en día, los procesos de tanatopraxia tienen una base en la medicina, de tal manera que la metodología es mucho más eficiente y compleja.
Por esto resulta necesario hacer un curso tanatopraxia y tanatoestetica si se tiene en mente trabajar en este sector. La preparación de un cadáver no es tarea fácil, y eso es algo que puede confirmar cualquier tanatopractor profesional.
La reconstrucción del cadáver es un proceso que debe realizarse con la mayor cautela y meticulosidad posible. Los tanatopractores siguen cuidadosas medidas sanitarias para evitar la formación de bacterias, y procurar que el cuerpo esté completamente higiénico a la hora de tenerlo en el funeral.
Se deben conocer qué compuestos químicos y sustancias son los necesarios para cada tipo de caso, de modo que el cuerpo se pueda conservar durante el mayor tiempo posible. En ciertos casos hasta es necesario el moldeado de ciertas zonas del cadáver con cera.
Por esto resulta tan necesario un curso emitido por una institución de trayectoria y amplio reconocimiento, como el Centro Tanatos Formación, del que puedes ver web aquí. Poseen instalaciones en Madrid, Sevilla y Santiago de Compostela, de modo que se puede recibir esta completa formación en varias partes del país.
Este centro posee acreditación de la Universidad de Alcalá, además de homologación por la Junta de Andalucía y la Xunta de Galicia. Esto le da un prestigio mucho mayor al centro, en comparación con otras instituciones especializadas en la formación para el sector funerario.
Su formación está enfocada en la inserción laboral. Posee un buen equilibrio entre teoría y práctica, de modo que la persona no solo obtiene el conocimiento sobre tanatopraxia, sino también, las herramientas adecuadas para su correcta aplicación durante el trabajo.
Para esto imparten clases dentro de los tanatorios más reconocidos del país, de tal manera que se practican los métodos de embalsamamiento, conservación cadavérica, preparación higiénico-sanitaria, entre otros.
Además, durante esta formación de tanatopraxia y tanatoestética, de la que puedes el ver curso aquí, también se aprenderá a extraer tejidos, prótesis, marcapasos y otros dispositivos que puedan contaminar al cadáver. Técnicas de restauración, maquillaje y presentación estética del cuerpo, son también ámbitos de formación en este curso, el cual es reconocido como uno de los más completos dentro del área.
Una excelente oportunidad laboral
Una vez se complete el curso, la inserción al mundo laboral es rápida. Y es que este empleo es bastante demandado, y como no son muchas las personas que tienen la formación adecuada, encontrar trabajo resulta muy fácil.
Sin importar la situación social o económica del mundo, el servicio funerario siempre va a ser necesario. Ya sea por causas naturales, por enfermedades o por accidentes, las personas seguirán falleciendo, y sus más allegados terminarán por necesitar un buen servicio funerario.
Saber que el cadáver del ser querido va a ser tratado de manera correcta significa un alivio para los familiares. Una correcta conservación, una restauración óptima y un buen tratado estético, son muy importantes para reducir el impacto psicológico en los seres queridos del difunto, de modo que puedan ver su cuerpo tal como lucía cuando estaba vivo. De ahí el hecho de que siempre se va a necesitar de este tipo de especialista.
Por esto la labor del tanatopractor es tan demandada. La persona que complete su formación podrá ser contratada por una funeraria de manera rápida, pues su trabajo será necesario para mitigar el dolor de los conocidos del fallecido.
Despedirse de un ser querido es una de las cosas más difíciles del mundo, pero con la ayuda de un tanatopractor, la ardua tarea puede volverse un poco más fácil.