Las cuencas hidrográficas españolas presentan niveles impresionantes de contaminación, causada por desechos químicos que han dañado el ecosistema de manera irremediable de algunos importantes ríos del país.
La contaminación de los ríos afecta a los pobladores ribereños que se ven perjudicados en el uso recreativo y el abastecimiento del vital líquido, así como también daña la fauna y principalmente la flora de sus cuencas.
El río Duero, cuyo cauce se extiende hasta Portugal, es uno de los más contaminados que precisa la gestión de ambos países para la depuración de sus aguas.
La flora de la cuenca del río Duero en riesgo de extinción
La disposición de aguas residuales y sustancias tóxicas en el río Duero está produciendo un severo daño de contaminación que afecta la flora de su cuenca, cuyas especies están en peligro de extinción por la acción tóxica de estos materiales de desechos.
El río Duero nace en la localidad de Soria, en España, y tiene una longitud de 897 kilómetros de largo que lo convierte en el tercer río de mayor territorio hidrográfico de la península ibérica, de los cuales 213 kilómetros están ubicados en territorio portugués, en la frontera compartida.
Al buscar mas informacion sobre el rio duero en un mapa, puede visualizarse el recorrido que sigue desde el sitio donde nace, sus principales afluentes, los lugares que atraviesa, su paso por Portugal y en donde desemboca.
Los principales afluentes del río Duero se alimentan de las aguas provenientes de la Cordillera cantábrica por el norte y de los sistemas Ibérico y Central, que colidan por el sur para desembocar por el río Águeda y finalmente al Océano Atlántico, específicamente en la ciudad de Oporto, Portugal.
Según diferentes fuentes, el 50 % de los afluentes y manantiales colindantes con el río Duero están contaminados como resultado del flujo de productos tóxicos y desperdicios que irresponsablemente la urbe tira a los riachuelos.
Aunado a esto, la falta de reforestación en sus márgenes no favorece el manto freático que evita las elevadas temperaturas y minimiza la proliferación de algas.
Una alta radiación solar y la poca afluencia de corriente de las agua origina el crecimiento de algas, que durante el día producen demasiado oxígeno pero que en la noche lo consumen todo, lo que causa asfixia o muerte de todo ser vivo en las aguas del río.
Ante estos factores naturales se estima que en los próximos 30 años desaparecerán los afluentes del río, y por consiguiente las diferentes especies que conforman la flora de su cauce, si no se implementa un plan conjunto que revierta los efectos de este fenómeno.
Ojo, que también repercutirá en la economía de las provincias que se benefician del turismo, de las actividades recreativas y la práctica de deportes acuáticos. Por otra parte, representa un duro golpe para los productores agropecuarios de las zonas.
Ave del Paraíso, una flor única y exótica
La flor Ave del Paraíso es una de las plantas más exóticas y llena de simbolismos que existe entre todas las especies. Es nativa de Sudáfrica y fue introducida en diversos países de Europa, Asia y América, y declarada desde 2005 la flor nacional de la ciudad de Madeira, Portugal.
El aficionado que aprende mas sobre el Ave del Paraiso descubre que es una especie de flor única de la familia Strelitziaceae, y de la que existen diferentes variedades pertenecientes a los géneros Strelitzia, Reginae y Caesalpinia.
La flor Ave del Paraíso mide aproximadamente dos metros de altura y su forma tiene la apariencia de la cabeza de un ave con su pico. Sus hojas son fuertes, grandes y de colores brillantes. Esta exuberante planta tiene una diversidad de significados importantes para las relaciones de parejas, como por ejemplo que simboliza el 9no aniversario de casados, la libertad de levantar el vuelo a destinos diferentes, la belleza, la fastuosidad, el lujo, la realeza, el éxito, la fidelidad de las parejas, el romanticismo, la alegría de vivir el presente y mirar el futuro con fe y esperanza.
Comúnmente a esta planta se le denomina Ave del Paraíso, pero su nombre científico se ha elegido en honor a la reina Charlotte de Mecklenburg-Strelitz de Gran Bretaña.
Existen multitud de invernaderos que la cultivan para uso decorativo y ornamental aunque se puede encontrar al aire libre en muchos jardines del sur de España.