Enseñar a nadar a los niños puede brindarle numerosos beneficios; en primer lugar, se considera el deporte ideal para los niños; ya que podrán mejorar su capacidad pulmonar, estimular su desarrollo psicomotor y también contribuye a mejorar la oxigenación. En segundo lugar, tiene un efecto relajante en los niños, permitiendo que duerman mejor y logren un verdadero descanso.
Otra ventaja de la práctica de natación, es que tus niños podrán incrementar su capacidad de coordinación de movimientos; además podrá fortalecer todos los músculos del cuerpo. Y por supuesto, es la mejor manera de garantizar la seguridad de los niños al estar en el agua. Por estas y otras razones, te daremos algunas recomendaciones para que puedas enseñar a nadar a los niños.
Recomendaciones para enseñar a nadar a los niños
Para enseñar a nadar a los niños sigue estas recomendaciones:
Si tienes miedo, no se lo transmitas
Es necesario que los niños no sientan miedo al agua; porque eso haría que se cierren a la posibilidad de aprender y limitaría mucho su desenvolvimiento. Si los padres son los que enseñan al niño, es vital que, aunque sientan miedo o nervios, no se los transmitan a sus hijos; más bien deben ser una fuente de confianza que los inspire a seguir aprendiendo.
Incluso, los niños nacen con estos reflejos de estar en el agua durante la experiencia de su desarrollo antes de nacer; pero desde los 6 meses va desapareciendo; así que lo ideal es que antes de ese tiempo los iniciemos en una rutina con el agua; incluso los bebés de 3 meses pueden incluirse, cuanto antes mejor será.
Los avances deben ser paulatinos y acordes a la edad
Debes entender que la práctica va a depender de la edad de tu niño y de otras características; además lo ideal es comenzar con avances pequeños hasta que el niño se sienta más seguro. Para ello es importante iniciar las prácticas donde el niño sienta que puede tener control; es decir, que el agua no lo cubra. Normalmente se sienten seguros al poder pisar el suelo. No exijas más de las capacidades del niño; recuerda que todos son diferentes y aprenden a ritmos diferentes.
Que sea un momento de juego y diversión
Si quieres lograr mejores efectos, el aprendizaje debe motivarse en un ambiente de juegos y diversión; por ejemplo, ¿qué niño no ama las burbujas? así que puedes hacer prácticas con tu niño durante la hora de la ducha; puedes enseñarle a tomar aire por la nariz y luego al expulsarlo por la boca puede crear burbujas muy divertidas. Esta pequeña práctica los preparará y ayudará a respirar de la forma correcta, algo fundamental en la natación.
Es momento de sumergirse
Tienes que enseñarle a sumergirse; puedes intentar con el mismo juego de burbujas mencionado antes; pero ahora implica otro paso más, sumergir la cabeza en el agua. Claro, esto debe ser por unos pocos segundos, para no crear un shock al niño. Tienes que ser muy paciente, recuerda que para ti puede ser fácil, pero para el niño puede ser algo traumático.
Ayúdalo a coordinar los movimientos
Ya es el momento de enseñarle a combinar lo que va a prendiendo; es decir, sumergirse, luego mover las piernas y la práctica de respirar correctamente. Puedes intentar sostenerlo por la barriga con tu brazo y lo vas ayudando a mantener el equilibrio necesario. También es vital practicar la espiración para poder seguir con la rutina.
Puedes hacer este momento más divertido demostrando paciencia, felicitando al niño por lo logrado; y también es importante ser constantes para que el niño vaya recordando o fijando ese conocimiento a medida que aprende.