Pues bien, Zeus se hizo adulto. Se convirtió en el dios supremo del Olimpo y desde jovencito se sintió profundamente inclinado por la belleza femenina. Sus amoríos con diosas y mortales se hicieron famosos, y su esposa y hermana Hera los sufrió no siempre en silencio. Dentro de esta serie hay que incluir a Europa, hija del rey fenicio de Tiro, Argeor.
Zeus prendado por la belleza de la joven princesa se propuso conquistarla, y temeroso de la negativa de la joven antes sus «proposiciones deshonestas» urdió un plan adoptando una curiosa apariencia para raptarla. Un buen día la bella Europa paseaba por la playa cuando vio entre la manada de toros de su padre un espléndido y hermoso toro blanco. Se acercó a él, comprobó su docilidad, acarició su lomo y terminó montándose en su grupa. Entonces Zeus, metamorfoseado en toro blanco, corrió hacia el mar y nadó y nadó hasta la isla de Creta. Llegó a Gortys, en la llanura de Messará, y entre olivos y plátanos Zeus reveló a la joven su verdadera identidad y de su unión nacerían Minos (futuro rey de la isla), Sarpedón (fundador y príncipe de Licia) y Radamantis.
En este mismo emplazamiento situado por la mitología los arqueólogos hallaron los restos de una ciudad minoica llamada Gortys, sobre la que los dorios fundaron en el 500 a.C. la ciudad-estado de Gortina que llegaría a alcanzar su período de esplendor bajo la dominación romana y durante los primeros siglos del Imperio Bizantino.
Minos creció anhelando convertirse en rey de Creta y se casó con Pasifae. Pidió a los dioses ser coronado soberado. Se dice que su tío Poseidón escucho su ruego e hizo que del mar saliera un bellísimo toro blanco como señal de que su deseo le sería concedido. Minos se comprometió a sacrificar al animal en honor al dios, sin embargo le pareció un animal tan hermoso que decidió ocultarlo entre el ganado y sustituirlo por uno de sus toros.
Los dioses se enteran de todo y Poseidón se percató del engaño y se enfureció enormemente. Su venganza fue diabólica. Hizo que su esposa Pasifae se enamorase locamente de aquel excepcional animal. Ella deseosa de consumar «su amor» convenció a Dédalo, famoso arquitecto y hábil artesano, para que creara una vaca de madera de tamaño natural en la que introducirse ella; una vaca de tal belleza que el toro blanco sintiera la necesidad de unirse a ella. De esta unión nació un ser monstruoso con cuerpo de hombre y cabeza, al que llamaron Minotauro.
Cuando Pasifae dio a luz a aquel monstruo, Minos, avergonzado y compasivo a la vez, hizo llamar a Dédalo para encargarle la construcción de un laberinto con una única salida que se convertiría en morada de aquella monstruosa criatura, originando numerosos relatos como el de Teseo y el Minotauro…
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